El carboncillo es un material que se fabrica en bastones de unos 13 a 15 cm. Principalmente se utiliza para realizar bocetos, dibujo de esculturas y dibujo del natural.
Al aplicar el carbón al papel de dibujo se desprenden una serie de partículas que se pueden extender con los dedos o con los difuminos (realizados con papel enrollado, sirven para fundir y degradar).
Sus principales características son son su gran inestabilidad y su capacidad de producir negros muy intensos.
Una variante del carboncillo es el lápiz compuesto o crayón Conté, que está constituido por una mina de carbón vegetal y sustancias aglutinantes protegidas por la madera del lápiz. Se fabrica en tres, cuatro y hasta seis gradaciones , indicadas con números, letras o con los términos blando, duro, etc.
Tanto el carboncillo como el lápiz compuesto admiten tres procedimientos básicos:
- TÉCNICA DE DIFUMINADO - Consistente en aplicar rayados que posteriormente se difuminan hasta obtener degradados.
- TÉCNICA DEL RAYADO - Los grises y degradados se obtienen directamente por los trazos del carboncillo, sin que intervengan los dedos o el difumino.
- TÉCNICA MIXTA - Consistente en superponer los rayados sobre una base de grises previamente difuminados.
Por otra parte, un dibujo realizado a carboncillo no se puede borrar con gomas convencionales. Para corregir los errores se utiliza un trapo blanco de algodón, miga de pan o gomas maleables.
Dibujo a carboncillo
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